domingo, 13 de diciembre de 2009

AULAS HOSPITALARIAS

El 5 de noviembre mi grupo de trabajo (Conso, Úrsula y yo), nos reunimos para buscar información sobre nuestro tema de exposición: ‘Enfermedad y Carencia de Salud’, tratando las ‘Aulas Hospitalarias’, para adquirir así la primera toma de conocimientos.

Con respecto a las ‘Aulas Hospitalarias’, hemos tomado los siguientes aspectos más importantes, que posteriormente desarrollaremos en el trabajo de la asignatura.
Las Aulas Hospitalarias surgen como una necesidad en la educación de niños y niñas que, al ser ingresados en un hospital por alguna enfermedad concreta durante un periodo de tiempo (`periodos de hospitalización’), impiden un normal desarrollo en su etapa escolar pudiendo incluso provocar retrasos escolares.

En modo de definición podemos considerar las Aulas Hospitalarias como las unidades escolares surgidas dentro del hospital, cuyo objetivo principal es la atención escolar de los niños hospitalizados.

Esta función principal re recoge en la Ley 13/1982 sobre la Integración social de los minusválidos, en cuyo artículo 29 se recoge que en todos los hospitales en los que se cuente con servicios pediátricos se dispondrá de "una sección pedagógica para prevenir y evitar la marginación del proceso educativo de los alumnos en edad escolar internados en dichos hospitales". Esta Ley fue más tarde ampliada a través de varios Reales Decretos en los que se han ido definiendo con mayor claridad las funciones a desarrollar en estas aulas, dotándolas de un mayor contenido.

Estas características hacen que las Aulas Hospitalarias sean un espacio abierto y flexible, atento únicamente a las necesidades del niño hospitalizado, donde éste pueda acudir libremente, con la posibilidad de que siempre que lo requiera su asistencia médica y sanitaria pueda ausentarse, para más tarde volver de nuevo a reincorporarse a sus tareas.

El Aula Hospitalaria está atendida por un profesor/a, quienes deben de tener en cuenta todas las circunstancias que rodean al niño hospitalizado.

Otro de los aspectos de gran interés en estas aulas es la creación de un clima propicio para el intercambio de experiencias entre los diferentes alumnos hospitalizados, no sólo dentro del aula sino también durante el tiempo que pasan en el resto de espacios compartidos del hospital, para que dejen a un lado el aislamiento y la soledad.

La actividad educativa se lleva a cabo de dos formas principales: la asistencia al aula por parte del alumno o, bien, en su propia habitación, dependiendo del estado de salud del niño.

La finalidad de las Aulas Hospitalarias por tanto, es la de ofrecer al alumno un lugar donde poder continuar el desarrollo normal de sus actividades escolares, sin experimentar ningún retroceso en su trabajo académico.

A día de hoy, son pocos los hospitales no cuenten entre sus instalaciones con un Aula Hospitalaria. En cambio, el proceso para llegar a esta situación ha sido largo y complejo. En un principio las Aulas surgieron en ciertos hospitales ante la preocupación de algunos por la atención escolar de los niños que pasaban largas estancias hospitalizados, lejos de su ambiente familiar y con la posibilidad de perder el curso escolar.

Las primeras escuelas dentro de un hospital surgen en los años 50 en centros vinculados con la Orden hospitalaria de San Juan de Dios. Unos años después, concretamente en 1965, ante la epidemia de poliomelitis que sufría la población infantil española, se plantea la necesidad de ayudar a estos niños no sólo desde el punto de vista médico, sino también desde el escolar y educativo. Esta iniciativa dio lugar a que se abriesen una serie de aulas en diversos hospitales de la geografía española. En esos momentos iniciales se pretendía más entretener a los niños que llevar con ellos un seguimiento escolar.

Pero es el 7 de abril de 1982, cuando se inicia una amplia labor legislativa mediante la publicación de la Ley de Integración Social de los Minusválidos, que como hemos visto antes, defiende que todo niño tiene derecho a la educación, incluidos los niños enfermos y hospitalizados.


A continuación, vamos a explicar la Orden hospitalaria de San Juan de Dios, que anteriormente hemos comentado: La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios surge en el siglo XVI, y actualmente está presente en 50 países de los cinco continentes.
Desde Granada, lugar donde nació en 1537 a partir de Juan Ciudad, la Orden desarrolla y transmite un proyecto de asistencia que mantiene como eje central la acogida y atención a personas enfermas y necesitadas en todo el mundo.
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios es una de las mayores organizaciones internacionales de cooperación sin ánimo de lucro del mundo. Se trata de una institución que forma parte de la Iglesia y por tanto, distinta a las Organizaciones no Gubernamentales.
Bajo el concepto de hospitalidad, se cuida la acogida, la promoción de la salud, el acompañamiento y compromiso en las realidades más vulnerables de cada época y sociedad, desde un concepto amplio de universalidad y favoreciendo la profesionalidad. Estas funciones se llevan a cabo en Centros Asistenciales, Hospitales, Centros de Salud, Servicios Sociales, y Comunidades de religiosos.



BIBLIOGRAFÍA:

- http://www.ite.educacion.es/w3/recursos2/atencion_diversidad/05_06.htm

- Hospitalización infantil - aula-hospital, Juan Ramon Alegre Villarroya, 2005

- http://www.sanjuandedios.net/site/la_orden_hospitalaria_de_san_juan_de_dios.php



Hemos visto que las Aulas Hospitalarias constituyen un derecho fundamental para los niños /as enfermos/as a fin de continuar su educación escolar en el propio hospital en el que están ingresados. Es por esto, por lo que las Aulas Hospitalarias constituyen uno de los espacios más importantes de cualquier hospital ante la necesidad de continuar la educación de niños y niñas enfermos.

Según la Declaración Universal de los Derechos del Niño, tanto niños enfermos como los que no lo son, tienen derecho a la educación. Esta Declaración fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959, de la que vamos a tomar el artículo 1 y el artículo 7 pues son los que tratan, apoyan y defienden una educación lo más igualitaria posible para los niños/as y consideran a ésta como un derecho fundamental de todo niño.

Artículo 1º
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta declaración.
Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.

Este artículo defiende la igualdad del niño/a con una visión más general, y que podemos aplicar a la educación.


Artículo 7º
El niño tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

Este artículo expone claramente que la educación del niño es un derecho fundamental, el cual ha de promover la sociedad y las autoridades públicas en igualdad de oportunidades.


En base a todo esto, las Aulas Hospitalarias cumplen tales funciones y son por tanto, imprescindibles en cualquier sociedad al ser verdaderas promotoras de la inclusión social e igualdad de oportunidades de los niños/as enfermos/as.

Todo niño tiene derecho a la educación, y no por estar enfermo, se les ha de quitar ese derecho, ya que con esto lo que se hace es promover la marginación y exclusión social del niño/a. Añadir además, que éste no es quién decide tener una enfermedad, sino que son entes que te impone el destino, por lo que le puede pasar a cualquier niño/a, y que no por ello, debemos atribuirles una posición desvalorada, sino todo lo contrario, se ha de fomentar y elaborar proyectos y programas, como el de las Aulas Hospitalarias, que favorezcan la igualdad de oportunidades que incidan en todos los sectores sociales a fin de prevenir la exclusión social de los niños enfermos.

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