sábado, 26 de diciembre de 2009

NOTICIA ELPAÍS: 'LA FAMILIA PESA MÁS QUE EL COLEGIO EN EL ÉXITO ESCOLAR'

Este artículo de Cristina Castro nos explica la relación existente entre el fracaso escolar y el nivel educativo de los padres.

El fracaso escolar es mayor cuando el nivel educativo de los padres es menor siendo esta última variable la más importante y dependiente de la primera.

Así mismo, encontramos otros tres factores determinantes del éxito escolar: la escolarización temprana, la transmisión de aspiraciones y la posesión de recursos culturales y educativos por parte de los padres. Añadir además, otras variables como el sexo, el número de progenitores, la economía del país, etc.

Y es que como bien dice el artículo, no aplicamos o no existen las suficientes ‘’políticas públicas de familia’’ que promuevan el estímulo social para conseguir una escolarización temprana u otros cambios necesarios en la familia que eleven el nivel educativo.


Como hemos visto, este artículo nos afirma la existencia de escasez de valores educativos o la falta de implicación que tienen las familias actuales en la educación de sus hijos.

La familia es el principal agente socializador por la proximidad que mantiene con el individuo, seguido de su círculo de amigos y de la escuela. Es por eso mismo, por lo que si no partimos de la familia en la educación de los hijos, más difícil será la adaptación del niño cuando éste se incorpore a la escuela. Por otro lado, si se quiere transmitir los valores y normas culturales de los padres a los hijos, se deberá partir de la familia y no del círculo de amigos o de la escuela en donde se mezclan multitud de valores y actitudes que no precisamente pueden llegar a coincidir con los propios valores familiares. Por este motivo, es necesaria una educación fuerte y estable en el ámbito familiar como base de nuestro edificio que es la socialización para así poder seguir construyendo los bloques gracias a influencia de la escuela y del círculo de iguales, y en definitiva, del contexto ambiental y social del individuo.

Las familias de hoy día han cambiado sus valores y normas sociales gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información así como a los grandes avances científicos: disminución del número de familias numerosas, descenso de la tasa de mortalidad, el nacimiento del primogénito es cada vez más tardío, la incorporación al mercado laboral de la mujer, etc.

Todos estos cambios sociales y demográficos dan lugar a la adquisición de nuevos valores y conductas sociales en las familias, que congenian con dicha evolución histórica- social.

Un ejemplo podríamos atribuirlo a la incorporación laboral de la mujer. Este hecho ha sido uno de los más importantes e influyentes de nuestra sociedad tradicional, ya que ha conseguido que tanto el hombre como la mujer desempeñen trabajos cualificados así como que la distribución de las tareas domesticas y del cuidado de los hijos sea compartida entre ambos.

Este cambio sociocultural ha dado lugar además, a que los hijos de tales familias puedan llegar a recibir una menor atención por parte de ambos progenitores al estar menos tiempo con ellos, y por consiguiente, una menor transmisión de valores educativos que propicien el éxito escolar del niño.

Pero esto no quiere decir que tenga que suceder siempre. Puede ocurrir que dichos padres pueden llegar a educar, en ese corto periodo de tiempo que están con sus hijos de manera eficaz, aunque ambos trabajen, explicándoles la importancia que tiene la educación tanto para nuestra sociedad capitalista como para ellos mismos en la formación de su personalidad.

También podemos hablar de las nuevas tecnologías que, por un lado, ofrecen una mayor accesibilidad, comodidad e información para todo el mundo, pero por otro, da lugar a un ‘’enfriamiento’’ de las relaciones humanas.

Con todo esto aclaramos que la falta de transmisión de ‘’políticas educativas familiares’’ no es por un solo cambio social sino por un conjunto de ellos, tanto culturales, sociales, políticos, económicos como demográficos a los que es necesaria la adaptación de las familias y de la sociedad en general.

Para ello, se debería incrementar el número de Escuelas de Padres, Asociaciones de Padres,… en los que se le enseñen la importancia de la educación en sus hijos/as y de estrategias para incentivar la escolarización y evitar así el absentismo escolar; también se debería informar a las familias de la existencia de tales centros educativos. Por otro lado, se podrían ofrecer además, ayudas económicas y sociales para aquellas familias con escasos recursos económicos y con riesgo de exclusión social.

En definitiva, es necesaria una intervención inmediata con las familias para informarles de los porcentajes tan altos del fracaso escolar de nuestro país, a fin de poder concienciarles y promover su actuación, así como el aprendizaje de una serie de habilidades sociales y educativas que puedan transmitirles a sus hijos a través de Proyectos y Programas educativos.

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