martes, 26 de enero de 2010

TEMA 2: TEORÍAS

Existen diferentes características de la inadaptación social que son:

- Consideración negativa y desgraciada de la situación que vive el sujeto, tanto en su dimensión objetiva como en la dimensión subjetiva.
- Interacción entre vivencia personal y percepción social despreciativa.
- Falta de participación activa y constructiva
- Dificultades para vivir en sociedad de forma duradera.
- Pertenencia frecuente y participación en un grupo con finalidades alejadas de los patrones intelectuales.
- Ausencia frecuente de elementos materiales e inmateriales necesarios para la participación social aceptable del sujeto.


Así mismo, encontramos diferentes perspectivas psicológicas y sociales que al explicar la inadaptación tienen una influencia en los procesos educativos. Cada persona tiene una imagen de la persona con la que trabaja, por lo que se necesitan interacciones educativas diferentes. G. Geandreau describe algunas imágenes del sujeto por parte de los educadores:

- algunos educadores hacen referencia alas causas, ven a la persona como algo irrecuperable, con fuertes dificultades.
- otros pensarán en las consecuencias (entornos, medios que necesitan,...)
- otros se fijan en la extrañeza de los comportamientos
- otros lo perciben como la prolongación del ejercicio de su profesión.


Existen diferentes perspectivas sobre los fenómenos de la inadaptación:

· Las teorías del aprendizaje social:

Se destaca la vinculación entre el medio ambiente y la persona. La socialización y las desviaciones respecto a la misma son fenómenos o conductas aprendidas. Entre los mecanismos de aprendizaje encontramos:

- los sujetos tienen a comportarse según los beneficios o prejuicios de sus actos, es decir, se trata del refuerzo positivo o negativo.
- Mediante el aprendizaje vicario u observacional. Los modelos tienen una enorme importancia en el aprendizaje de las conductas.

Bandura mostró que algunos estímulos pueden evocar conductas agresivas y violentas en individuos que no parecen estar frustrados. El hecho de ver a otra persona comportarse agresivamente puede incrementar la conducta agresiva. En este aprendizaje de conducta, observaron que las consecuencias de la conducta tienen que ver con el aprendizaje de la misma. Si el modelo agresivo era recompensado por su conducta agresiva, quienes lo presenciaban era después más agresivos. Es decir, los modelos prestigiados se tienen a imitar más que otro que no lo son.

Bandura afirma que los procesos cognoscitivos desempeñan un papel importante en la adquisición de nuevas conductas a través de la observación. El refuerzo también constituye un elemento importante para mantener la conducta aprendida.

Pero este modelo, tiene varias críticas. No explica los cambios que ocurren, ni por qué algunas personas pueden resistir las influencias del aprendizaje y otras no. además, estas teorías no estudian adecuadamente la influencia de la marginación en las conductas inadaptadas.


· La perspectiva funcionalista:

Existe una dinámica social dominante, que es el marco social y cultural cambiante en que se ubican los sujetos o grupos. La manera de situarse ante esta dinámica social puede ser considerada funcional (cuando se asumen normas sociales) o disfuncional (rechazando, quedándose al margen de la misma). La dinámica social de efectúa desde la perspectiva del mismo sistema.

Algunas características de la dinámica social dominante son efectuadas sobre una voluntad individual.

Algunos autores han manifestado que la desviación es funcional al grupo. La negación acrítica de otros sirve para afirmarnos a nosotros mismos; el mal comportamiento señala cuál es el buen comportamiento. Las desviaciones sirven para mantener y determinar los límites simbólicos del grupo. Los status especializados llegan a ser referencias críticas para establecer dichos límites. Pero esta funcionalidad se da así si se mantiene en pequeñas dosis, ya que la excesiva desviación social es disfuncional al sistema al romper las expectativas institucionalizadas y provocar la desintegración del sistema.

Con respecto a esta teoría funcionalista, se han establecido algunas críticas. En la práctica resulta mucho más difícil especificar qué es lo funciona o qué es disfuncional para un grupo social. La función de un grupo es algo que se decide mediante conflictos, no es algo que venga dado en la misma estructura de la organización. Además, al ignorar los aspectos políticos de fenómeno el punto de vista funcional limita la concepción del mismo.


· La perspectiva interpretativa:

Sigue, por una parte, una lógica causalista (¿por qué?) que a veces que más que explicar, estigmatiza; y por otra parte, una lógica finalista (¿para qué?). Frente a estas concepciones ha surgidos otras teorías explicativas que utilizan mecanismos que actúan en la explicación de las conductas inadaptadas:

- Reacción social y significación: la reacción social es importante para entender las conductas inadaptadas. La reacción social frente a fenómenos de la inadaptación puede desencadenar mecanismos de patologización. Cada sujeto da sentido y define la situación a su manera. A los signos presentes en la situación se le dan significaciones; las cosas llegan a ser objetos cuando toman significados y los significados se establecen en situaciones interpersonales.

- Explicaciones y atribuciones: a través de la explicación se hace inteligible un acto. El sujeto aborda su entorno con una serie de hipótesis que incitan la explicación; se intenta buscar una lógica para explicar lo que ha pasado. Dentro de la explicación se encuentra la atribución, que busca el responsable. Toda persona es susceptible de realizar un juicio de responsabilidad sobre el otro. Existe complementareidad entre explicación y atribución: la explicación tiende a dar cuenta del por qué y del cómo de tal suceso y la atribución tiende a sancionar, a establecer quienes son los responsables. Los mecanismos de la atribución tienen lugar en contextos de interacción y comunicación, por lo que los factores afectivos juegan un papel importante.

En la interacción social existe una dialéctica entre autoatribución y heteroatribución de las conductas. Si un grupo social emite un juicio de responsabilidad hacia el delincuente ese mismo grupo social no aparece en la escena de la explicación, por tanto, no tiene ninguna responsabilidad. Generalmente el comportamiento ajeno tiende a explicarse mediante disposiciones particulares y el propio comportamiento en términos situacionales.

Los estereotipos influyen en la manera como interpretamos los comportamientos de los otros. Es estereotipo tiende a categorizar a los otros en función de las expectativas que se proyectan sobre los mismos. En la atribución intervienen prejuicios, estereotipo, estigmatizadores que no tiene que suponer su aceptación.

- La reacción social y los procesos de definición de la conducta: para comprender las practicas sociales se necesita atender a todos los que participan en la construcción social de la inadaptación. La ''etiqueta'' que ponemos a los sujetos y a los grupos define socialmente a los mismos. La teoría del etiquetado ayuda a comprender los mecanismo que actúan.: Regla de la perpetuación (mecanismos de la conservación y amplificación de la desviación. Las etiquetas tienen a mantenerse); Regla de la economía (resistencia a poner una etiqueta impuesta); y Regla de la consistencia (las labores de los no desviantes a los que son etiquetados como desviantes tienen a realizarse).

Lemert, en una teoría llamada de desviación primaria (conductas diferentes) y secundaria ( conductas estigmatizadas) atiende a la definición e identificación de la conducta en los procesos de desviación.

La definición exterior ayuda a la definición interior, es decir, lo que piensan los oros en lo que cada uno piensa de sí mismo. Las reacciones sociales pueden ir desde la ayuda hasta la explotación. La existencia de estatus de ''inadaptados'' permite la existencia colectiva de otros roles que tienden a reproducir las condiciones e su propia existencia, y así constituyen al mantenimiento de los status deviantes.

Esta teoría interpretativa también ha recibido críticas: parten de que la desviación es asunto de definición, es decir, se plantea de si las conductas desechadas tienen alguna característica fuera de su definición legar o interpersonal. Además, se olvida que las leyes son expresión de ciertas relaciones sociales y de la heterogeneidad de las conductas y de la relación que éstas mantienen con la estructura global social. Por otro lado, si se niega la enfermedad mental o conducta ''desviante'' fuera de la definición interpersonal, la consecuencia es que tales conductas deberían ser permitidas.


· La perspectiva social:

Señala que la sociedad es el eje de referencia fundamental al definir inadaptación; es el medio social el origen de la inadaptación. Esta perspectiva enlaza con la noción de marginación. La marginación es un término polisémico. Una primera distinción se refiere al eje activo de la marginación en la línea que enlaza individuo y sociedad. No es lo mismo marginación voluntaria de una persona que se retira de los flujos sociales (automarginación), que la de una persona que no toma parte de los beneficios materiales, sociales y culturales sin que intervenga una decisión activa por parte del sujeto; en este caso sería la exclusión social. En el caso de la automarginación, la marginación se asemejaría a la noción de retracción estudiada por Merton cuando clasifica las maneras de adaptarse los individuos a la estructura social. La retracción se caracteriza por una doble posición: en primer lugar, por el rechazo a participar en el consenso social, y en segundo lugar, por una retirada física y geográfica caracterizada por el aislamiento y el rechazo al contacto.

Cuando hablamos de marginación como exclusión, puede entenderse como una falta de participación respecto a unos objetos sociales. Muchas veces es el resultado de la discriminación, la estigmatización y conduce a una segregación forzada.

La automarginación puede adoptar diversas formas, cuyo extremo es la retirada física y espacial de los lugares sociales habituales.

Según García, la marginación engloba a aquellos que están sin trabajo, los que carecen de saber y poder, y los que no son autónomos. En todos estos individuos se da una desviación del lazo social que se podría llamar desafiliación. La desafiliación surge ante la falta de integración laboral y de inserción relacional. La zona de vulnerabilidad anuncia precariedad laboral y fragilidad relacional, y la zona de desafiliación conjuga ausencia de trabajo y aislamiento social.

La asistencia social es la existencia de una miseria dependiente que moviliza la acción social, sea para asistir (indigentes inválidos) como para conjurar el peligro de la disociación que la misma persona representa (indigente validos).

En cuanto la integración social, vemos que actualmente el mercado de trabajo ha experimentado numerosos cambios en el estatus y remuneraciones: los parados de larga duración, los empleos temporales, el paro,... que ha incrementado el número de marginados sociales.

En la inserción social o relacional se produce también transformaciones importantes, como es el caso de las familias. Otro aspecto es la desprotección cultural: a día de hoy, las personas viven situaciones negativas que no le permiten acceder al sistema de valores culturales, que cumplen una función integradora.

La exclusión social y la vulnerabilidad vital se convierten en precariedad cultural cuando afectan a los modos y maneras de situarse en la vida. La marginalidad se convierte en inadaptación cuando toca la forma personal de estar en la realidad.

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