miércoles, 2 de junio de 2010

BARRERAS ARQUITECTÓNICAS

(La flecha señala la ubicación de la plaza de aparcamiento para personas con discapacidad; Gutiérrez, Luisa).

Os cuento algo que me ha pasado hoy, 11 de mayo de 2010 al venir de clase, y que me ha parecido denigrante. Pasando por San Diego (Sevilla), veo a un hombre algo mayor, en silla de ruedas electrónica ¡andando por la carretera! ¿Por qué? Pues porque las aceras son algo estrechas para poder andar él y otras personas cómodamente…

Me paré a observar y el hombre tuvo que seguir andando por el mismo sitio, desde una punta a otra de la avenida para comprar el pan mientras que los coches pasaban a tan solo un metro aprox. de distancia. Por otro lado, la gente que paseaba por alrededor, especialmente los coches que circulaban, no tenían ni un mínimo cuidado ni preocupación por este hombre ya que éstos ni siquiera moderaban la velocidad. Lo verían como algo ‘’habitual’’ andar por la carretera…

Si es verdad que en la misma acera hay rampas pero lo que dificulta el paso es la estrechez de la misma. Estas rampas se encuentran en cada extremo pero no las hay en la acera de enfrente,… ¿Cómo cruzarían entonces si quiere dirigirse hacia la otra acera? Pues o tendría que andar bastante para buscar una rampa en la otra punta de la avenida o simplemente no podría hacerlo.

Ya puestos a analizar, me paré a observar que tan solo hay una plaza reservada para personas con minusvalía. Bien, pero lo más gracioso es que esa plaza está pegada a un escalón bastante altito que dificulta el acceso de estas personas a la acera, sobre todo, si son más de una las personas que se bajan del medio de transporte estacionado (ya que por un lado pasa los coches y por otro no) (ver ilustración imagen). ¿Qué pasa entonces…? A veces pienso que la sociedad pone una plaza de aparcamiento para personas con discapacidad para hacer el ‘’paripé’’ y después no permiten ni facilitan el acceso de estas personas al mundo social de forma igualitaria.

Con esto vemos que algunas barreras arquitectónicas siguen existiendo, en San Diego y en cualquier otro lugar, como en las calles del centro. Si es verdad que se ha avanzado bastante, pero todavía queda mucho por hacer. No es justo que una persona en silla de ruedas se tenga que desplazar en la carretera cada vez que quiera comprar el pan o pasear simplemente, mientras que el resto de la sociedad no arriesga su vida en ella, como en el caso de este hombre.

Ante esto, pienso que es necesaria una reforma de los barrios cuanto antes, especialmente en San Diego, para evitar futuros incidentes y dejar que este hombre pueda hacer de su vida como el resto de personas que se desplazan por la acera. También es importante incidir en la concienciación social. Creo que es lo más justo para todos/as.

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